Debido a que el diagnóstico de esta patología se apoya en los signos y síntomas, lo más común es que su doctor le realice una serie de preguntas acerca de su historial de salud y en búsqueda de factores de riesgo como historia familiar, estrés y tabaquismo.
También, puede preguntarle acerca de la presencia de desencadenantes de la enfermedad, tales como infecciones, exposición a cambios climáticos, lesiones en la piel, estrés, tabaquismo (activo o pasivo), consumo de alcohol, entre otras.
Luego, procederá a examinar su piel, cuero cabelludo y uñas, y podrá decidir si tomar una pequeña muestra (biopsia) de piel para examinar en el microscopio y descartar que no se trate de otras patologías. (i,ii)